viernes, 1 de junio de 2012

Breve historia del colegio

Desde el siglo XII están establecidas en Miranda de Ebro algunas de las órdenes religiosas más importantes de la época: Santa María de Bujedo (premostratenses), Santa María de Herrera (cistercienses), etc. Será en el siglo XIII cuando lleguen a Miranda los franciscanos que más tarde, el el siglo XVI, levantarían el Convento de San Francisco (actualmente Convento de los Sagrados Corazones).
El origen del convento está ligado al convento del mismo nombre en la ciudad de Vitoria que data de 1260, denominado Custodia de Vitoria, y que estaba constituido por siete Guardianías entre las que se encontraba el convento de Miranda. En 1268, un documento municipal nombra a Fray Juan Nicolás como guardían del convento de frailes menores de Miranda. Ésta es la fecha más antigua que se tiene sobre la presencia de los franciscanos en la ciudad. La construcción del actual templo fue promovida a finales del siglo XVI por algún miembro de la familia Padilla, Adelantados de Castilla, con la condición de poder ser enterrado en el crucero.
El templo se convirtió en un centro muy importante para la villa: los hidalgos financiaron sus capillas, fue lugar para la celebración de elecciones, acogió una hospedería de peregrinos e incluso se utilizó como hospital de guerra a partir de 1795. Durante la Guerra de la Independencia un incendio arrasó la Biblioteca conventual. El edificio terminó en manos privadas a raíz de la Desamortización de 1836.
En 1880, la congregación de los Sagrados Corazones ocupó el Convento, devolviéndole su función religiosa inicial y ampliándolo para ejercer la docencia, hasta convertirlo en uno de los colegios privados más importantes del norte de España, a donde enviaban sus hijos las familias más acaudaladas. El Colegio fue fundado por los padres Wilfredo Muller y Bernardo María Garric y los hermanos Agapito Polissei y Ludgero Kimdermann. Se puede decir que nada queda del convento anterior al siglo XVI y es de suponer que era muy pequeño, porque si no, no se habría derruido, y además quedarían restos. Sin embargo, tanto la iglesia como el claustro se encuentran actualmente en perfecto estado.
En la actualidad no se celebra culto regular y el templo está cerrado al público; sólo se utiliza para celebraciones especiales, como bodas. Parte de las antiguas dependencias conventuales, incluyendo el claustro, se integran en un negocio privado de hostelería que abrió sus puertas, tras una labor de restauración y acondicionamiento, 1996. El resto del conjunto, una edificación casi exenta en forma de "L", sigue funcionando como institución de enseñanza, el Colegio de los Sagrados Corazones. Cabe añadir que el conjunto se alza en la falda de la ladera del llamado Monte de los Frailes, un espacio de esparcimiento formado por plantaciones de coníferas y diversos senderos que lo recorren, con pequeñas zonas acondicionadas para la estancia o la contemplación del paisaje. En la parte del monte adyacente al edificio se sitúan algunas estatuas religiosas y una fuente en la que figura inscrito el año de 1776.

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